Un día después del sábado de centro comercial, volvimos a la acción y volvimos a la calle; hace muchos años en plaza publica comencé a perderle el miedo a mostrar en publico mi música pero aunque han pasado 20 años los nervios aparecen unos minutos antes de comenzar, quizá porque la posibilidad de ser ignorado o peor a ser ridiculizado por el transeúnte.
Musicalizar el espacio es pertenecer al día, quedarse en la memoria de los que salieron a la mañana y descubrieron una invasión en calle de barrio popular, una invasión de olores a comida, de colores y formar, de sonidos familiares y sonidos nuevos, en fin una invasión del individuo y de la colectividad.
Los jóvenes se integran al beat de la música, los adultos sonríen la decisión que tomaron de dejar el sillón y la
TV, los niños miran atentos los aparatos, los instrumentos y probablemente descubren la locura inherente en todos los artistas. Si el primer encuentro con el arte es en la calle, en un dibujo en papel asfalto, en una canción de poste telefónico, en un snack que es cocina multinacional.
seguimos...que sigue?...vamos?...vamonos.
efrain sanchez
monterrey, nuevo león
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