Sin duda, el escenario es el lugar donde el músico desarrolla las habilidades que lo irán convirtiendo poco a poco en un verdadero ilusionista...en nuestro caso en la improvisación encontramos ejercicio al desarrollo del intelecto y el oído...recurrimos a nuestra memoria a largo plazo, echando a andar la maquinaria de lo aprendido tanto en la formación estricta de la música como en la experiencia de trabajo en otros proyectos; luego a nuestra memoria a corto plazo, escuchándonos y repitiendo motivos instantáneos que convertimos en leit motiv o pasajes o variaciones; luego la intención y reacción emotiva que nos produce el escuchar la música en cada una de sus partes con el trazo escénico que de esta se desprende y por ultimo el ejercicio de nuestro sexto sentido, la intuición que nos va guiando de acuerdo a lo que percibimos de la reaccion de la gente: si la pieza se va hacia arriba, se modula, se matiza, se acaba o continua hasta el amanecer. Después de una sesión de este tipo es posible que algunas ideas creativas fluyan durante el resto de la noche, se materialicen en largas charlas de sobremesa o en sueños bastante clarificadores al respecto de partes o piezas completas. Improvisar es aprender, experimentar, integrar la música en nuestra conciencia, dialogar, recordar, expandir la técnica, expandir la música; improvisar es un ejercicio necesario en la búsqueda de un sonido; es un juego pero un juego serio que además de divertir; libera.
Les dejo estos souvenirs graficos del teatro Athanor en San Miguel de Allende (1) efrax sanchez a capela tratando de soul (2) vilchex en la prueba de sonido (3 y 4) vista aerea del stage
e.s.b. @ Monterrey, N.L. resistiendo
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